martes, 28 de marzo de 2017

Hey.


El tipo se acerca luego de estar mirando. Que no haga así la sentadilla, que las rodillas se me van a joder. Que él hacía 145 libras (unos 80 kilos, dijo él) hasta que pum, se jodió la pierna. Le dije que siempre la he hecho así, que a veces paro, que luego vuelvo al gimnasio, que es por la edad. El tipo se ofende, que lo que pasa es que ya no se puede agachar a jugar con los hijos, pero que es por hacer así la sentadilla, rebotar en el fondo, bajar un poco más de paralelo. Comienza a hablar de los hijos, yo solamente le digo algo de la edad, que ambos estamos viejos, que se nos ve, pero el tipo comienza a contar otras cosas, que le tiene miedo a los ejercicios compuestos, que ahora hace todo con las máquinas, que ahora hace biceps, pero sentado, que lo tome con calma, que no es de hacerse daño, pero que un día él pudo levantar 80 kilos y entonces se jodió la rodilla y entonces yo también me la voy a joder, que no se operó porque para qué, y que ahora siente que no puede hacer fuerza ni nada, y yo lo miro y sigo callado, no digo que una vez levanté 95 kilos, más de 200 libras, que fue especial la vaina porque eso fue lo más pesado que estuve alguna vez, que me tuve a mí mismo del pasado en el lomo y fui capaz de hacer cinco series de cinco conmigo encima, algo mucho más literal de lo que se puede creer porque todos los días ya tengo que cargar conmigo pero esa vez lo hice el doble, que me mama que me hablen cuando no quiero, que me emputa cuando suena el teléfono en medio de la rutina, que se me hace un sinsentido hablar de cosas sin importancia, de nada, con desconocidos, a los que nos une apenas un lugar en común porque no tengo ganas de interactuar con nadie porque estoy ocupado, que si bien hay música a todo volumen no es un bar, no hay que mirar a alguna vieja a ver si por medio de los espejos le devuelve la mirada, mucho menos incitarla a conversar, que no hay ninguna camaradería en nada por ir vestido de una manera para mover cierto peso constantemente hasta sudar y hacer crecer los músculos en su mayoría los de los brazos, porque para algunos lo importante no es tener fuerza sino volumen aunque las dos cosas no es que estén muy ligadas tampoco, que me está quitando un valioso tiempo porque ya sonó la campanita en el celular para el descanso lo que le da cierto aire serio al asunto porque no es simplemente mover los músculos por moverlos cuando uno quiera sino luego de un tiempo constante, que eso, eso, de verdad importa, no sus consejos no pedidos sobre la vida, suposiciones de cosas que seguramente no van a suceder y observaciones salidas de la nada solo por creer que llevo desde que nací pasando el paralelo en la sentadilla, reflejándose en mí, en mis movimientos, por sentirlos tan desconocidos, tan peligrosos, por alimentarse de dogmas culos de boca de mil entrenadores que tienen a su cargo un gimnasio solo porque tienen el pecho hinchado y no pueden estirar los brazos por hacer curls de mala manera durante casi toda una vida, porque si uno hace mal una cosa durante mucho tiempo va a obtener un resultado mejor que el que no hace nada, que debería callarse porque no me sale ese tipo de conversación en ningún momento o lugar, que me gusta sudar haciendo ejercicio porque eso me lleva a algún lugar no sé si feliz o tranquilo o me aleja de todo, que no es que esté bravo con él por hablar sino por mi incapacidad por la charla casual, que se calle y que me deje seguir porque todavía me falta la prensa militar, el peso muerto, las barras y los fondos, que a duras penas comienzo el día y que no puedo con él al frente, que me perdone por decirle viejo, que siento lo de la rodilla, que más bien mire a la mona que está haciendo abductores porque está buena y se le nota en la mirada que necesita algo de ayuda y se debe sentir sola porque está en un gimnasio sin nadie que le hable, que la interrumpa, que le diga bobadas, la muy pobre, que hay otro tipo de gente que necesita de eso, que me deje tomar agua, que no voy por la mitad de la rutina, que me duelen las muñecas, las piernas, los hombros, que soy todo un dolor físico, más el otro dolor de siempre, que me deje fundirme en todo este esfuerzo, que no me joda, pero luego de no decir nada se va, se echa en la máquina de curl de pierna y comienza a gemir porque todos saben que el ruido está directamente relacionado con la dificultad del ejercicio que uno está haciendo, luego me monto la barra a la espalda, doy tres pasos hacia atrás, inflo de aire la barriga, bajo con la punta de los pies un poco abiertas, luego subo botando aire y con la cara roja, así, cinco veces, hasta que pulso el botón en la pantalla del celular que comienza la cuenta regresiva para arrancar otra vez con lo mismo, hoy, pasado mañana, y luego de otros dos días, hasta que algo se note, hasta que algo sea diferente, hasta que pueda seguir sin pensar tanto, hasta que no me reconozca en el espejo.